Uno de los géneros impresos más difíciles pero fascinantes a la vez (literal y económicamente hablando) es el de las revistas, un mundo en el que si bien la originalidad y la calidad de la información son muy importantes, buena parte de su éxito radica también en la brillantez de su parte gráfica. En un rubro caracterizado por el impacto de las primeras impresiones y la funcionalidad, una revista con una sólida propuesta visual puede hacer de nuestra publicación un símbolo de diferencia y de futuro prestigio. ¿Te has preguntado cómo se crean las revistas? ¿Cómo se desarrolla este proceso?

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Como en todas las cosas complejas, importantes y brillantes, todo parte de una idea. Y en el tema de crear una revista, esto es crucial. Sin un concepto claro, sin un rumbo o una definición previa de lo que será la publicación, de ninguna manera es posible avanzar. Así que antes de iniciar un proceso gráfico, debe tener en cuenta cuestiones anteriores y substanciales para el futuro armado. Empecemos con el nombre: ¿Ya sabe cómo se va a llamar la revista? Porque medios impresos hay miles y encontrar un nombre no siempre es fácil ya que todo parecería inventado. Pero no se desanime. TIME, National Geographic, Seventeen, Rolling Stone, Forbes, Vanidades, Etiqueta Negra, Caretas, etcétera, pasaron por procesos análogos y sin embargo, triunfaron. Si finalmente ya tiene la respuesta, verifique que éste tiene relación con el público objetivo de su predilección y la temática que quiera imprimirle. ¿Será una revista política, económica, deportiva, de temas legales, para jóvenes, de espectáculos, belleza, música?

Un proceso inicial para crear una revista pasa por un complejo proceso de planificación que no podemos detallar aquí en extenso ya que nuestro objetivo es concentrarnos en la parte gráfica; sin embargo, hay puntos que no podemos omitir. Veamos. ¿Cómo publicar una revista? Pues luego del nombre, tiene que tener definidos el target e intencionalidad temática (con todo el proceso creativo y mental que conlleva), el equipo que tendrá a su cargo (es imposible que usted trabaje solo), el período de entrega (semanal, quincenal, mensual, bimestral, etcétera), los aspectos administrativos (permisos, impuestos, pagos, etc) el presupuesto o capital (importante para la calidad y dimensión que tendrá la revista), el tiraje (recomendamos ir de a pocos), la estrategia de mercadotecnia, el tipo de negocio (venta pública, bajo suscripciones, gratuita pero autopagada con la publicidad, etcétera). Si ya tiene todo esto (en realidad hay más cosas que mencionar pero éstas son las mínimas), ya puede empezar a concentrarse en la revista en sí; es decir, dejar de mirar hacia los factores externos para concentrarse exclusivamente en los internos (¿cómo se verá?)

La importancia del logo y la portada de una revista

portada de revistaY al decir esto debemos tener en cuenta que el proceso literal y de contenidos, y el otro proceso (el gráfico), corren a la par pero también en caminos diferentes. Podría parecer un despropósito, pero no lo es. Si bien los valores periodísticos o informativos del próximo contenido de la revista, el estilo, su contenido político o ideológico (de tenerlo, claro) corren en un sentido opuesto al gráfico, finalmente ambos se encontrarán para el ensamblaje del medio. Así que mientras el otro proceso literario sigue su propio curso, el gráfico también parte casi al mismo tiempo y comienza su carrera. Dicho esto, y con todas las cuestiones previas solucionadas o analizadas, el sendero gráfico de una revista comienza con un escollo básico, pero muy relevante, que debe superar: el logo de la revista.

Claro, ya tiene el nombre, pero ¿cómo se ve? Porque sin un diseño su nombre son simplemente letras que esperan por una identidad, aquel factor que posteriormente será la piedra angular para todos los otros cambios que planee hacer. Somos de El Comercio no tendría ese estilo tan varieté si es que partiendo de su propio logo y sus constantes cambios de colores (según el fondo de la portada) se vislumbrara su contenido fresco y familiar. Etiqueta Negra no tendría ni la mitad de su aceptación si es que desde su logo no se asomara el refinado estilo de una publicación de un contenido superior, elegante y discreta a la vez. Y cosas parecidas ocurren con Vogue, Kerrang, BusinessWeek, Poder, PC, FHM, Playboy, etcétera.

Teniendo el nombre, el logo y los otros requisitos antes citados, se arriba a otra estación: La portada (y en menor detenimiento la contraportada). Como un rompecabezas, hay que determinar donde se pondrán las cosas, desde el tipo de encabezado, las imágenes que irán el centro (pueden ser caricaturas o letras, depende del tema) pasando por el lugar del titular y las “llamadas” (noticias menores), el código de barras, el tipo de letra, el tamaño de las fuentes, la fecha, otros detalles, etc. Aquí la maquetación de la portada va más orientada al estilo, al arte que por ejemplo, al arreglo de columnas, que vendrá después. Y en este proceso de creación de la cara de la revista, la llamada hoja 1, también interviene la lógica de la consecuencia. Esto es que la portada debe ser maquetada dentro de una línea que sea lógica con el tono de la revista, quienes serán su futuro público lector, el matiz de las informaciones que portará, etcétera. ¿O cree que tendrá credibilidad una revista de finanzas que usa fuentes cómicas y fotos de infantes?

Diseñar organizadamente: las plantillas

La creación de la página inicial trae a referencia otros puntos importantes, que para ese momento ya deberían estar resueltos (al menos eso es lo ideal). ¿Qué programa utilizará? ¿Qué fuentes? ¿Qué tamaño tendrá la revista? ¿Cuántas hojas? ¿Qué formato usará? ¿En qué calidad impresa será hecha? ¿Qué tipo de papel quedará mejor? ¿Todo color o balanceado con páginas en negro?, etcétera. Todo lo que enumeramos debe dar una idea bastante fidedigna del trabajo que involucra hacer una revista, especialmente en la parte gráfica. La maquetación debe reparar en todos los detalles y escoger las mejores herramientas y procesos. En principio, si se quiere superar las interrogantes expuestas líneas arriba, elija diseñar en QuarkXpress o InDesign, aunque desde luego se puede lograr lo mismo en CorelDraw, Illustrator, FreeHand, etc. Recurrir a programas profesionales como los citados tiene un fin práctico: la posibilidad de crear páginas maestras, las cuales funcionan como plantillas que servirán en la unificación del estilo de la revista.

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Las plantillas de revistas, en cristiano, son como el esqueleto de un cuerpo. La maquetación crea las líneas maestras en ellas, las mismas que acogerán el material informativo y fotográfico que reposará en cada hoja. Dado que el diseñador trabaja finalmente en un colectivo de personas, necesita la mayor información posible de sus directores o jefes superiores inmediatos para poder armas las páginas maestras y las secciones de tal forma que sin importar cuán diferentes sean los temas que se tocan, siempre sean repartidos o plasmados siguiendo un libreto gráfico poco modificable o flexible de acuerdo a circunstancias especiales. Un papel importante en esto también lo tiene la hechadura o índice, una guía simple donde se explica qué información, aviso publicitario, sección, etc, irá en cada hoja. Tenerla, aunque sea de manera preliminar, significa para el maquetador una idea mental de lo que tendrá la revista. Desde esos cimientos, el diseñador irá cincelando el interior.

Así, el encargado del diseño de la revista empezará a construir las plantillas, maquetas que contienen todos los elementos y valores gráficos de la futura publicación como estilos, colores, columnas, interlineado, espacios en blanco, etc. Ésta no poseen contenido o en todo caso, pueden llevar el borrador con el texto falso “Lorem ipsum…” simplemente para dar una impresión mucho más cercana a lo real, pero no más. Para crear plantillas de revistas las hojas son enfrentadas, puestas a izquierda y derecha, par o impar, por si al desarrollar el diseño se amplía alguna sección y la posición del artículo cambia (en pantalla se ven las dos páginas juntas). Hacerlo así tiene facilidades inmediatas para los gráficos, ya que tienen mejor visibilidad de lo que hacen, les deja modificar los márgenes internos y externos a su antojo, colocar diferentes elementos en cada página y marcar puntos fijos en las mismas. La única recomendación es no hacer demasiadas plantillas si no es necesario, ya que complicar el armatoste puede tornar el diseño muy complicado y hacer el trabajo de insertar o quitar elementos una tarea agotadora.

Armando la revista: Las páginas maestras

Un detalle importante al poner las plantillas es que no se debe olvidar la numeración automática, ya que así es más fácil realizar el conteo y reconocer la ubicación de las páginas. Bajo ningún aspecto es recomendable hacerlo de forma manual, porque mantener la concentración es difícil, los números se nos escapan de las manos y el ennumerado se hace una labor imposible. Ahora que tenemos hechas las plantillas, el diseñador puede comenzar a distribuir espacios y a crear bloques que simulen los diferentes contenidos que tendrá nuestra página; de esta forma generaremos rápidamente bocetos de cómo puede ser la distribución y el aspecto de la publicación.

Esto es importantísimo por sus utilidades. Gracias a estos bocetos, podremos dilucidar el tamaño de los títulos y subtítulos si es que los hay, así como la extensión que éstos deben tener, la distribución del texto en diferentes columnas de diversos anchos, la separación que tendrán las columnas, las alineaciones que aplicaremos a éstas (centrado, justificado, etc), la dimensión de las imágenes, el fluir de los diferentes contenidos o los blancos internos que tendrá la hoja maestra, etcétera. De todos estos puntos, el tema relacionado a las columnas sí es bastante sensible. Como ningún otro aspecto dentro de las páginas maestras, su número y tratamiento serán básicos para el acabado final.

Columnas en el diseño de revistas

La anchura de las columnas puede determinar muchas cosas. Un mayor número de columnas dota a la publicación de un cierto carácter de «urgencia o premura» por contener la información; por contra, cuando el número de columnas es menor y la anchura mayor, se transmite un mensaje más calmo, serio e importante en la propia composición. Muchos tipos de revistas vanguardistas o artísticas, usan mucho esto último porque potencia su idea estética y las aligera. Sin embargo, si su tono editorial es uno mucho más lleno de noticias o temas de actualidad, es mejor más columnas. En ambos casos, con imaginación, se puede diseñar eficaz y armoniosamente.

El diseño de la revista: complemento perfecto

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Para diseñar revistas hay que considerar el bloque en su conjunto, horizontal y verticalmente, así como con el resto de los elementos de la página actual y páginas sucesivas. En este punto la plantilla se complementa con el diseño y es aquí donde entra lo verdaderamente visual de la revista. Para elaborar páginas atractivas el diseñador debe poseer colores definidos con sus respectivos usos, una paleta de colores limitada para toda la revista muy acorde al estilo y tema escogidos, y un enfoque acorde en las imágenes, fotografías y tratamiento de la imagen de la revista. En este apartado la creatividad, el contexto y lo que el cliente pida son los factores determinantes para desarrollarla. Si las plantillas son las que dan forma y coherencia, el diseño añadirá a los documentos su sello de distinción, su aire reconocible.

En cuanto al guardado de las imágenes, recomendamos que las bitmap (mapa de bits) o creadas con pixeles como fotografías, se guarden en formato TIFF y para las imágenes vectoriales el EPS, todos ellos aplicables a cualquier plataforma. Si ponemos énfasis en los formatos y la calidad de las fotografías, es básicamente por la calidad impresa que deben tener las revistas. A diferencia de la prensa, que utiliza un papel de mala calidad, poroso y por tanto muy absorbente (esto es por lo que las imágenes no pueden tener una alta resolución), las revistas son medios más gráficos en donde la imagen tiene un peso mucho mayor y desde el propio medio se cuida más la selección de imágenes para la edición de la misma. Todos estos detalles, como puede verse, hacen notable el proceso de edición de una revista.

No faltan a la verdad quienes consideran que el armado de una revista es finalmente, un arte. Tantos detalles y tanta responsabilidad exigen inspiración, cuidado, planeamiento, personas capaces y responsabilidad con el productos final. Las mejores publicaciones de la actualidad cumplen esos requisitos y en cada edición los reafirman una y otra vez, interminablemente, como una ocasión infinita de demostrar su valor. Esperamos que este post le haya servido para una mejor comprensión en el tema. Recuerde, puede visitar nuestra página o de los contrario, nuestro perfil de Facebook (www.facebook.com/staffcreativa). Tenemos mil y una sorpresa preparadas para ustedes. Lo esperamos.

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